lunes, 14 de agosto de 2017

YOGA INFANTIL. Practica Yoga con los más pequeños desde el primer día.

Cuando decidí quedarme embarazada continué impartiendo clases de Yoga mientras mi hijo se iba desarrollando en mi interior. Había días muy duros en los que tenía que impartir hasta 4 o 5 clases. 

Gracias a practicar Yoga durante todo el embarazo conseguí sentirme ágil, llena de energía, flexible, fuerte, mientras aumentaba mi felicidad conforme se acercaba el nacimiento de mi hijo. A lo largo del embarazo conocí a otras futuras mamás que tenían numerosas molestias (dolores de espalda, aparición de varices, náuseas, reflujo, hemorroides, cansancio, apatía,.....). Estas mujeres por lo general no hacían ejercicio. Cuando comenzaron a venir a mis clases empezaron a notar cambios positivos desde dentro hacia a fuera, eliminando y/o minimizando las molestias que tenían.

Estuve impartiendo clases de yoga hasta la semana 40. A partir de la semana 40 continué haciendo yoga en mi casa hasta el momento del parto.

Mi hijo se empapó del yoga desde que estaba en mi barriga, se estiraba cuando yo me estiraba, hizo ejercicio conmigo en sus primeros momentos y continua haciéndolo. 

Cuando era un bebé hacía yoga con él, ahora Samuel tiene 2 años y siempre que voy a impartir una clase se viene conmigo y me dice que le ponga su esterilla y que le ayude a quitarse los zapatos y los calcetines, seguidamente se sube a la esterilla e imita las posturas que hacemos en cada clase. Disfruta muchísimo además de que se esta beneficiando de todos los beneficios que le aporta el yoga a su mente, a su energía y a su cuerpo en desarrollo. 

En la fase inicial de cada clase realizamos una relajación y algún ejercicio respiratorio. La relajación inicial es muy importante, nos permite centrarnos y prepararnos para la clase. A los niños les ayuda a calmarse, desarrollan la escucha interior, y empiezan a tomar conciencia desde dentro hacia a fuera y desde fuera a dentro. 

Después es muy importante calentar. Con el calentamiento mejora la coordinación,  Los ejercicios de calentamiento más divertidos y que funcionan muy bien son:
  • Jugar con pelotas pequeñas, Samuel se pone delante de mí a una poca distancia sentado en el suelo y tenemos que pasarnos la pelota coordinadamente, luego metemos dos pelotas, una la tiene él y la otra yo, tenemos que pasarnos las pelotas a la vez sin que se choquen.
  • Calentamos todas las articulaciones haciendo movimientos rotatorios en uno y en el otro sentido, los tobillos, caderas, muñecas, los brazos y el cuello.  Iremos introduciendo poco a poco más movimientos y diferentes direcciones.
  • Un calentamiento muy divertido y que le encanta a Samuel es andar dando vueltas por la habitación mientras andamos sobre los talones, las puntas de los pies, llevamos las rodillas al pecho, los talones a los glúteos, movemos los brazos, andamos de ladito cambiando de lado, y hacemos un pequeño trote, que él lo hace corriendo y riéndose a carcajadas.

 

Después del calentamiento vienen las posturas. Iniciamos con alguna postura de pie, como por ejemplo, el Árbol. 

Con la postura del Árbol ponemos en juego el equilibrio, desarrollando la atención, y repartiendo bien el peso entre ambos pies hasta que son capaces de mantener el equilibrio sobre un solo pie. Sus piernas se fortalecen. Sus bracitos se estiran alargando la espalda y fortaleciéndola.






  
Y continuamos con otras posturas como la uve invertida. 
La espalda se estira, además de los músculos de los hombros y de los brazos que se fortalecen, genera mayor flexibilidad en los músculos de las piernas y fuerza en el tronco superior e inferior. Mi hijo va ganando confianza a medida que va controlando y manejando cada vez mejor su cuerpo.


La cobra. En esta postura su espalda se alarga, estira y abre el pecho, estira el abdomen, los brazos se fortalecen a la vez que el cuello. Cuando hacemos posturas de yoga con los niños es muy divertido imitar los sonidos de los animales. Podemos hacer la cobra manteniendo arriba la postura unos segundos o hacerla en movimiento. Al subir hacemos el ruido de la cobra "shssssssss" y luego bajamos despacito, luego volvemos a subir de nuevo.

La postura del gato es muy divertida, en el movimiento de la espalda en el gato imitamos al subir la espalda hacia arriba como cuando los gatos se estufan hacemos el ruido de bufido que hacen los gatos cuando arquean la espalda, y cuando bajamos la espalda y subimos la cabeza, decimos "miau", a mi hijo le encanta. 

Esta postura tiene muchas variantes, por ejemplo la postura de equilibrio de
gato. Samuel aún es pequeñito y le resulta complicado estirar el brazo opuesto a la pierna que estira, así que esta empezando a estirar una pierna y luego la otra. Poco a poco va ganando estabilidad, equilibrio, confianza y fuerza que le ayudará a realizar mejor las posturas, además de que todos los beneficios se van a ver directamente reflejados en su desarrollo y en su día a día.


Desde mi experiencia como madre y profesora de Yoga, animo a todos los padres, educadores, profesores a introducir el Yoga a los niños de todas las edades y adolescentes, los beneficios son enormes y muy importantes para el desarrollo psiquíco y físico que les ayudará en su desarrollo personal y su crecimiento interior viéndose reflejado en todas las áreas de su vida y en su día a día.

                   ¿A QUE ESPERAS?, SE FELIZ, PRACTICA YOGA




 

1 comentario:

  1. Cuan beneficioso es el Yoga desde todas las perspectivas y edades. Un post muy motivador e instructivo. Enhorabuena Angela!!!

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