martes, 18 de febrero de 2014

EL PODER SANADOR DEL SONIDO

La emisión y producción de determinados sonidos emiten vibraciones con determinadas
frecuencias que penetran en nuestro cuerpo a modo de ondas, vibrando y conectándose nuestras células por simpatía unas con otras. Esta demostrado que cada parte de nuestro cuerpo esta vibrando teniendo una determinada frecuencia de onda (índice de vibración) óptima, sana. Cuando estamos enfermos alguna parte de nosotros no está vibrando armónicamente consigo misma, con las demás partes o con el entorno. Esta disonancia o enfermedad puede sanarse con sonido devolviendo a las partes enfermas su frecuencia sana.


Existen numerosos instrumentos que emiten sonidos sanadores. En las clases de Yoga Iniciático que imparto utilizo el cuenco tibetano, la emisión de sonidos vocálicos y consonánticos (AH, OH, M) y el mantra OM.

El cuenco tibetano se utiliza con fines terapéuticos haciendo que nuestro cuerpo, nuestros órganos vibren por simpatía en la misma frecuencia vibratoria al entrar en resonancia armónica con cada una de nuestras células y generando numerosos beneficios a nuestra salud entre los que se encuentran:
  • Mejora física, psíquica y energética de todo el organismo.
  • Alivio del estrés y la ansiedad.
  • Mejora de la concentración.
  • Armoniza, revitaliza nuestro cuerpo y mente.


En las clases que imparto utilizo el cuenco tibetano en ejercicios de concentración, atención, visualización y meditación facilitando la realización de cada ejercicio realizándose de manera más eficaz. El sonido que emite el cuenco al hacerlo “cantar” es un recuerdo que perdurará y recordarás siempre.

Uno de los ejercicios que realizo en las clases consiste en pronunciar las letras AH, OH, M que se emiten al espirar durando la emisión del sonido mientras dure la exhalación centrándonos en la vibración que produce en nuestro cuerpo y sintiendo los beneficios que generan al vibrar armónicamente cada parte de nuestro cuerpo, órganos y células conectándose unas con otras vibrando en la misma frecuencia.

Mientras se pronuncia la AH al exhalar la vibración se siente en el abdomen relajándolo, mejorando el tránsito intestinal y la digestión.
Al pronunciar la OH sentimos la vibración en el pecho relajando su musculatura y mejorando la función pulmonar.
Al pronunciar la M exhalando sentimos como vibra la garganta y asciende hacia el cráneo relajando y desbloqueando.

El mantra OM lo pronunciamos 3 veces al final de cada una de las clases, esto permite conectar unos compañeros con otros a través de las diferentes ondas vibratorias que emite cada uno al pronunciar el OM (sonidos agudos, graves) cerrando la energía del grupo que ha sido abierta durante la clase. Al comenzar a pronunciar la O notaremos la vibración en la caja torácica, mejorando el intercambio gaseoso, seguidamente al pronunciar la M notaremos que la vibración asciende a la garganta, al cráneo estimulando el hipotálamo, la hipófisis y la glándula pineal relacionadas con la producción de hormonas, el equilibrio, la orientación de nuestro cuerpo en el espacio, coordinando el ritmo de la respiración y los latidos del corazón.

Si quieres conocer, aprender, experimentar, aplicar en tu vida los beneficios del poder sanador del sonido en la práctica de Yoga Iniciático contacta conmigo.












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