La emisión y producción de
determinados sonidos emiten vibraciones con determinadas
frecuencias
que penetran en nuestro cuerpo a modo de ondas, vibrando y
conectándose nuestras células por simpatía unas con otras. Esta
demostrado que cada parte de nuestro cuerpo esta vibrando teniendo
una determinada frecuencia de onda (índice de vibración) óptima,
sana. Cuando estamos enfermos alguna parte de nosotros no está
vibrando armónicamente consigo misma, con las demás partes o con el
entorno. Esta disonancia o enfermedad puede sanarse con sonido
devolviendo a las partes enfermas su frecuencia sana.
Existen numerosos instrumentos que
emiten sonidos sanadores. En las clases de Yoga Iniciático
que imparto utilizo el cuenco tibetano, la emisión de sonidos
vocálicos y consonánticos (AH, OH, M) y el mantra OM.
El cuenco tibetano se utiliza con
fines terapéuticos haciendo que nuestro cuerpo, nuestros órganos
vibren por simpatía en la misma frecuencia vibratoria al entrar en
resonancia armónica con cada una de nuestras células y generando
numerosos beneficios a nuestra salud entre los que se encuentran:
- Mejora física, psíquica y energética de todo el organismo.
- Alivio del estrés y la ansiedad.
- Mejora de la concentración.
- Armoniza, revitaliza nuestro cuerpo y mente.
En las clases que imparto utilizo el
cuenco tibetano en ejercicios de concentración, atención,
visualización y meditación facilitando la realización de
cada ejercicio realizándose de manera más eficaz. El sonido que
emite el cuenco al hacerlo “cantar” es un recuerdo que perdurará
y recordarás siempre.
Uno de los ejercicios que realizo en
las clases consiste en pronunciar las letras AH, OH, M que se emiten
al espirar durando la emisión del sonido mientras dure la exhalación
centrándonos en la vibración que produce en nuestro cuerpo y
sintiendo los beneficios que generan al vibrar armónicamente cada
parte de nuestro cuerpo, órganos y células conectándose unas con
otras vibrando en la misma frecuencia.
Mientras se pronuncia la AH al exhalar
la vibración se siente en el abdomen relajándolo, mejorando el
tránsito intestinal y la digestión.
Al pronunciar la OH sentimos la
vibración en el pecho relajando su musculatura y mejorando la
función pulmonar.
Al pronunciar la M exhalando sentimos
como vibra la garganta y asciende hacia el cráneo relajando y
desbloqueando.
El mantra OM lo pronunciamos 3 veces
al final de cada una de las clases, esto permite conectar unos
compañeros con otros a través de las diferentes ondas vibratorias
que emite cada uno al pronunciar el OM (sonidos agudos, graves)
cerrando la energía del grupo que ha sido abierta durante la clase.
Al comenzar a pronunciar la O notaremos la vibración en la caja
torácica, mejorando el intercambio gaseoso, seguidamente al
pronunciar la M notaremos que la vibración asciende a la garganta,
al cráneo estimulando el hipotálamo, la hipófisis y la glándula
pineal relacionadas con la producción de hormonas, el equilibrio, la
orientación de nuestro cuerpo en el espacio, coordinando el ritmo de
la respiración y los latidos del corazón.
Si quieres conocer, aprender,
experimentar, aplicar en tu vida los beneficios del poder sanador del
sonido en la práctica de Yoga Iniciático contacta conmigo.
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