viernes, 25 de abril de 2014

YOGA DURANTE EL EMBARAZO


La práctica de Yoga es ideal para las embarazadas al aprender a respirar correctamente, mantener la musculatura fuerte ayudando reducir o eliminar los síntomas depresivos durante la gestación debido a los cambios hormonales que sufre la mujer.

En las clases se imparten técnicas de relajación, visualización y meditación muy saludables para la futura madre y para el pequeño que crece en su interior.

Son muchos los beneficios de la práctica de Âsanas, mantienen el cuerpo y la mente en plena forma ayudando en el alumbramiento, al equilibrar las emociones, la mente, la energía y el cuerpo del organismo. Se realizan posturas para tonificar los músculos de la zona pélvica y las caderas, aliviando los dolores de la columna causados por el crecimiento del vientre.

Además la práctica de Yoga te conecta con tu bebe y te hace más participe del embarazo.

Algunas Âsanas que se realizan en clase son:

 


Esta postura es muy buena para tonificar y fortalecer la musculatura de la pelvis, favorece la apertura de las caderas y la colocación del bebe cabeza abajo preparándose para el parto.



Posición del gato. A cuatro patas, inspira mientras llevas tu barbilla hacia el
pecho, encorvando la espalda en forma de U, y exhala arqueando la espalda mientras subes la cabeza hacia el cielo. Esta asana actúa liberando la columna vertebral del peso y la presión y relajando la espalda.

 

Variante de Gato. Desde la postura del Gato eleva alargando y estirando el brazo derecho en línea con la oreja y la pierna izquierda sin elevar la cadera izquierda que queda en línea con la cadera derecha mirando hacia abajo. Alarga la pierna y el brazo, cuello en línea con la espalda, reparte bien el peso entre la mano y la rodilla que esta en el suelo. Después de mantener realiza el cambio con la otra pierna y el otro brazo.

Variante de Sarvangâsana:
En este ejercicio estas realizando una postura invertida en ángulo de 90º. Puedes dejar las piernas abiertas o abrir y cerrar las piernas en movimiento. Los beneficios son prácticamente los mismos que si estuvieras realizando Sarvangâsana únicamente que en este ejercicio no has invertido el tronco. Puedes colocarte un soporte (manta) debajo de la zona sacro-lumbar.


Con las nalgas pegadas a la pared sube las piernas bien pegadas a la pared formando un ángulo de 90º. Dedos de los pies hacia abajo para que las piernas estén activas y los brazos a lo largo del cuerpo con las palmas de las manos hacia el suelo. Puedes colocarte un soporte debajo de la zona sacro-lumbar.


Halâsana. En la pared junta las plantas de los pies abriendo las rodillas hacia los lados y los brazos detrás de la cabeza de manera que con la mano derecha cojas el codo izquierdo y con la mano izquierda el codo derecho quedando el pecho abierto y realizando un mayor estiramiento.


Sethu Bandhâsana:

Puedes realizar esta postura pero en movimiento. Al inhalar sube la cadera poco a poco hacia arriba y al exhalar la vas bajando notando como cada vértebra apoya en la esterilla poco a poco.


Matysiâsana. Esta alternativa se puede realizar sin soportes debajo de la espalda o con soportes. Se colocan los brazos sujetando con las manos el codo contrario, apoyando la cabeza completamente y abriendo bien el pecho. Las plantas de los pies se tocan entre sí flexionando las rodillas y abriéndolas hacia los lados.



Paschimottanâsana. Piernas abiertas con dos cinturones uno detrás de cada pie, se queda en la fase I alargando la columna y creciendo hacia arriba.



 
Ardha Matsyendrâsana. Coloca una pierna estirada y la otra flexionada, pegando la planta del pie en la cara interior del muslo y girando el tronco hacia el lado de la pierna flexionada.





Uttitha Trikonâsana. Dejar las manos en las caderas sin subirlas hacia el techo.





PRACTICA YOGA Y SIENTE A TU BEBE, CONECTA CON ÉL Y DIVIÉRTETE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario